14/08/2025 18:00:00h
En el FC Barcelona, la tensión no solo se siente en el césped, ¡en los despachos también se está a mil! Y en medio de todo este rollo, aparece un nombre que está dando que hablar: Gavi. Este chaval andaluz tiene la mosca detrás de la oreja, porque su colega Deco, el director deportivo, parece que ha querido darle la patada del proyecto.
Y claro, eso le va a mil por dentro. Según sus colegas, esto le da más ganas que nunca de demostrar de lo que es capaz. Este internacional español, que siempre ha sido un luchador y tiene carácter a raudales, siente que su futuro no ha estado del todo asegurado por la directiva. Le da la sensación de que Deco ha estado buscando la manera de que se pire, o al menos que no ha hecho lo suficiente para que otros clubes no se lo lleven.
Gavi no se va | @FCBarcelona
Para un jugador como Gavi, esto no se perdona. A tope, ya recuperado de sus problemas físicos y con la vista puesta en lo que viene, Gavi sabe lo que tiene que hacer: ¡reivindicarse! Quiere hacerle ver a Deco que está equivocado, porque no solo merece quedarse, sino que tiene que ser una de las piezas clave en el Barça.
Gavi roto de dolor
En el vestuario, todos saben que Gavi tiene un gen competitivo que no entiende de medias tintas. No es de los que se esconden ni que aceptan a medias, lo que le pasa lo saca a relucir en el campo. Así que su respuesta no va a llegar en palabras grandilocuentes ni en gestos a las cámaras. Su respuesta será en cada balón dividido, en cada presión y en cada partido que juegue con la camiseta azulgrana, ahí dejará todo claro.
El plan de Gavi es simple: recuperar su mejor nivel y liderar a un equipo lleno de jóvenes cracks. Quiere ser la referencia del Barça, el que marca el ritmo, el que contagia energía y que se deja la piel en cada jugada. Y lo mejor de todo: mientras lo hace, está enviando un mensaje directo a la cúpula del club.
Promete revancha
Porque si algo ha demostrado este chaval de Los Palacios es que se levanta más fuerte después de cada golpe. Lo hizo en su debut, lo hizo cuando le criticaron su estilo, y ahora lo va a hacer nuevamente, justo cuando siente que lo han querido echar. Si consigue su objetivo, no solo callará bocas, sino que se convertirá en un intocable del proyecto, haciendo que Deco y el resto de directivos no duden de su papel.
Y en este camino, cada partido va a ser una batalla personal, un pulso contra el rival y contra esas sombras que, según él, intentaron apartarle. La próxima temporada podría ser su gran venganza en el fútbol, la historia de un chaval que, cuando siente que le quieren frenar, responde como un vendaval. En el Camp Nou</strong lo saben: un Gavi herido es un Gavi superpeligroso. ¡Cuidado!