Lamine Yamal ya no es un chaval más
Lamine Yamal ya no es ese chavalillo que hacía magia en el fútbol base del FC Barcelona. Con solo 18 años, se ha convertido en una de las estrellas más brillantes del planeta. Ahora es la baza ofensiva de Flick y el símbolo del nuevo rollo del Barça.
Con su última renovación, el club pensó que lo tenía atado para un buen tiempo. Pero, Lamine cree que el contrato no es más que un papel. Lo que realmente le importa son las oportunidades y el espacio para crecer.
El tío ya no se conforma con ser solo un joven talento. Exige que se le considere el mejor del mundo, y vaya que tiene motivos, con el rendimiento que está aportando. Por eso, quiere asumir más protagonismo en cada jugada, ser el que decida en los momentos clave.
Lamine Yamal en un entrenamiento | @FCBarcelona
Un nuevo estatus dentro del equipo
Para Lamine, la jerarquía en el equipo no puede ser la misma que cuando empezó. Sabe que ser capitán se gana con el tiempo, pero ahora quiere que el juego pase a través de él, sobre todo en las jugadas a balón parado.
El primer aviso lo dio en Mallorca, donde el Barça arrasó 0-3 en el primer partido. Ahí ya se le vio en la lista de lanzadores de faltas, compartiendo la responsabilidad con otros cracks. Ya no es solo Raphinha quien lanza, el joven también quiere ser protagonista.
No es un capricho, es parte de un plan muy bien pensado. Lamine tiene claro que para aspirar al Balón de Oro, tiene que mejorar sus cifras de goles. Y penales y faltas directas son la clave para sumar esos goles decisivos cada temporada.
Lamine Yamal | @FCBarcelona
Comparaciones inevitables con Leo Messi
Su actitud nos recuerda un montón a los primeros pasos de Messi cuando empezó a subir al estrellato. El argentino también decidió un buen día que quería lanzar faltas y penales para mejorar sus estadísticas. Desde entonces, su control fue total y nadie se atrevió a cuestionar su liderazgo.
Ya en la Selección Española, nos dejó claro su mentalidad hace unos meses. En la Nations League, contra Francia, fue él quien se plantó para lanzar un penalti en un momento crucial. Lo metió con una seguridad aplastante, demostrando que en las grandes ocasiones, no tiembla el pulso.
Esa confianza es la que quiere llevar al Barça, donde siente que aún falta un poco más de fe en él. Lamine sabe que su fútbol crea oportunidades como nadie y quiere que se aproveche al máximo. Cada balón que toca mejora la jugada, y Flick sabe que eso es oro puro.
Lamine Yamal en un partido con el Barça | @FCBarcelona
Condiciones claras para el futuro
En Son Moix, Lamine volvió a demostrar que el Barça depende de sus arrancadas por la banda derecha. Su regate, velocidad y habilidad son capaces de cambiar un partido en un abrir y cerrar de ojos, causando pánico en la defensa contraria. Flick disfruta dándole libertad en vez de encasillarlo en tácticas aburridas.
Aun así, Lamine necesita certezas sobre su rol y su continuidad como líder del equipo. Si el Barça no le deja crecer como quiere, lo verá como falta de confianza. Y en ese caso, no dudaría en cuestionar su futuro, aunque su corazoncito esté ligado al club.
Lamine Yamal en un partido con el Barça | @FCBarcelona
Por el momento, no hay ultimátum oficial, pero sí un mensaje claro para la directiva y el vestuario. “Trátame como lo que soy, uno de los mejores del mundo”, le ha dicho a su círculo más cercano. Su intención es quedarse muchos años, siempre que se respeten las condiciones que necesita para seguir brillando.
El FC Barcelona sabe que Lamine Yamal es su mayor tesoro y quiere evitar cualquier rifi-rafe interno. Pero el chaval ya ha dejado claro que su prioridad no es solo la pasta, sino convertirse en el eje central del proyecto deportivo y luchar por todos los títulos importantes.