23/08/2025 16:00:00h
¡Buen rollo, chavales! Este año el Barça trae una delantera que flipas, ¡hay variedad por un tubo! Al clásico Robert Lewandowski, que sigue siendo el crack del equipo, se le ha unido Ferran Torres y, ¡ojo!, han conseguido cesionar a Marco Rashford. ¡Esto es lo que se dice un tridente de locura!
Robert Lewandowski celebrando un gol | @FCBarcelona
Con estos tres, el Flick se saca varias cartas de la manga, así que puede jugar como le dé la gana según lo que pida el partido. Lewandowski es el que mete los goles, Ferran es el que corre de aquí para allá y si quieres velocidad, ¡Rashford es tu hombre! Cada uno aporta su rollo y eso le da mucha caña táctica al equipo.
Tres perfiles para un año muy largo
Esta temporada va a ser una panzada, con Liga, Copa, Supercopa y Champions en el horizonte. Por eso, el cuerpo técnico está en plan: necesitamos tres opciones para la delantera. El Flick lo tiene claro, la rotación va a ser esencial para mantener el nivel y no acabar con el fisio a cuestas por tanto partido.
Contar con tres tipos tan diferentes en la misma posición le viene de lujo al entrenador para cambiar el rollo según le interese. A veces necesitará el saber estar de Lewandowski, otras el desparpajo de Ferran y, en los partidos más locos, la velocidad de Rashford puede ser la clave para desbordar al rival.
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Pero no solo están en el hoy, también piensan en el futuro. El año que viene se acaba el contrato de Lewandowski y parece que esta temporada será su despedida del cuadro blaugrana. Salir a un tío como él no va a ser fácil, ¡ha sido el que más goles ha metido desde que llegó al Barça!
Aunque Ferran seguirá en el equipo y podrían pensar en comprar a Rashford si todo sale de lujo, la directiva tiene claro que la delantera no pasa solo por ellos. El Barça quiere hacer ruido y fichar a un delantero de nivel mundial que lidere el ataque en la era post-Lewandowski.
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Y aquí entra el nombre que todos tienen en mente, sobre todo Joan Laporta: Julián Álvarez. El delantero argentino del Atlético de Madrid se perfila como la gran ilusión del presidente, que cree que tiene todas las papeletas para ser el próximo ídolo del ataque culé. Su juventud, potencia y olfato goleador lo ponen en el punto de mira.
La movida no va a ser pan comido, porque el Atlético no va a facilitar la salida de una de sus estrellas. Pero en el Barça saben que el verano que viene va a ser el momento de hacer un desembolso de los gordos y están dispuestos a intentarlo. La apuesta por Julián Álvarez está servida y, aunque complicada, podría ser la oportunidad de oro para reforzar el futuro de nuestro ataque.