Cuando Deco soltó que había exceso de centrales, la primera idea que le vino a la cabeza fue que Andreas Christensen debería empacar y buscarse otro destino. El danés tiene contrato hasta 2026 y en el Barcelona no parecían interesados en renovarle. La jugada era venderlo y sacar un poco de dinerillo por un jugador que había llegado gratis del Chelsea.
Pero Christensen nunca se planteó dejar el barco azulgrana. Con un rollo bastante tranquilo, se pasó de todos los rumores que giraban a su alrededor y cuando llegó el momento de volver al trabajo, estuvo a las órdenes de Hansi Flick como si nada. Para el entrenador, tener al central danés nunca ha sido un drama. Confía a tope en él, lo ve como un defensa firme y con calidad, que sabe salir con el balón y que se adapta a lo que le echen. Eso sí, tiene el fleco de sus lesiones, que a veces le dan guerra. La temporada pasada casi ni la jugó.
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Pablo García, 'afectado' por Antony.La salida inesperada de Iñigo Martínez al Al-Nassr le ha dado aún más foco. Aunque no arranca como titular, ya lleva 104 minutos en las tres primeras jornadas. No estuvo contra el Mallorca, pero sí jugó unos minutos contra el Levante y en Vallecas, donde se quedó los 90 minutos. No fue, ni de lejos, el peor defensa ante el Rayo Vallecano. De hecho, fue uno de los pocos que se salvaron.