El Atleti no logra salir de su bucle en Balaídos
El Atleti volvió a Balaídos como si estuviera atrapado en una comedia, tipo Bill Murray en Punxsutawney. Otro viaje sin ganar, pero esta vez con un toque raro: la marmota les dio un tiro en el pie y se les cayeron un par de billetes. El equipo del Cholo se adelantó, como ya viene siendo su rollo este curso, pero luego le tocó sobrevivir 50 minutos con uno menos. El Celta, metido en su propia película, pudo rascar un 1-1, pero nada de los tres puntos.
Desde el pitido inicial, ambos equipos estaban como a la greña. Por un lado, el Atleti venía con las pilas cargadas tras ver al Barça perder y querían asegurar su sitio en la Champions antes del parón. Por el otro, el Celta luchaba por no caer al descenso. Regresaba Koke a la alineación del Cholo y Griezmann seguía haciendo de las suyas. Se quedaron en el banquillo Bryan Zaragoza, como ya había pasado en la Europa League, y Aspas, que estaba en la nevera para más tarde. El Panda no tardó en intentar marcar su territorio. Jutglà corrió como si le persiguiese un león y casi logra un centro espectacular al área, pero fue gol del área perdida: balón fuera.
Y claro, en Galicia, hay mil formas de decir «lluvia», pero Vigo se estremece cada vez que se acerca Griezmann. En su visita a Balaídos, el francés se sacó un pase de la chistera que dejó descolocada a la defensa rival: buscaba al Barrios, que dudó en rematar o pasar a Julián. Al final, llegó Starfelt, se coló en la fiesta y la metió en propia: 0-1.
El Celta dejó de hacer daño, por mucho que intentara presionar. Buscaban un resquicio, un agujerito por donde colarse en este Atleti que, tras el gol, se recogió más cerca de Oblak que en otros días (Madrid, Eintracht), pero aun así ahogaban a los gallegos con su estilo de goma: Griezmann y Julián se retrocedían todo el rato, dejando espacio para sus bandas, Nico y Giuliano. La cosa estaba tensa, pero el Celta no hacía mordiscos. Hasta que Hancko hizo un remate en el 34’ que obligó a Radu a intervenir. Y claro, el paseo fue gracias al gran Monseiur Chuvia.
Luego vino el momento que nos dejó a todos en shock. Nico disparó al espacio exterior, y fue ahí cuando Giráldez encontró su oportunidad. El desastre fue monumental. Lenglet tenía que deshacerse de Jutglà con un caño, que claro, falló, y para evitar la contra del Celta, con un pequeño tirón de camiseta, pero el árbitro Soto Grado, que no se apiadaba de nadie, decidió darle una amarilla al único jugador del Cholo que había destacado. ¡Adiós, Lenglet, y que tome nota Nico como lateral! El plan del Atleti, hecho trizas. El Panda olfateó la sangre y se lanzó al área de Oblak para hacer guarras de esas típicas del fútbol. Estuvo cerca, pero el portero estuvo sublime.
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La joya Beñat García emerge de la oscuridad.Tras un bajón, el matafuegos del Atleti regresó con Galán en lugar de Griezmann, para devolver a Nico a su posición. Con uno menos, el Atleti se montó en su burra para sobrevivir al estilo del cholismo. El Celta intentaba con desbordes de Jutglà, pero no les salía. Koke y Barrios le estaban dando un toque fresco al juego, y el orden de uno alimentaba al otro. Mientras, los agarrones eran pan de cada día frente a un Soto Grado que parecía tener la mano pegada al bolsillo. La primera amarilla al Celta fue al Panda en el 65’. Poco después, Aspas entró en juego, empujando a la red un balón que quedó achatado tras el despeje de Oblak. El Atleti respondió con un remate olímpico de Julián que casi se cuela y una cabezazo de Le Normand, que se fue por milímetros.
El grande Hancko cayó tras un pisotón de Borja, sin querer, que además le arrancó la bota. Si hubiera sido segunda amarilla, moríamos todos. Un cambio y otro de Simeone dejaron mirando a Galán desde la grada y metió a Baena, que se llevó la amarilla en su primera acción. La llegada de Aspas transformó el ataque del Celta, que buscaba la victoria a base de hacer volar balones hacia Oblak. Pero al final, el Atleti rescató un punto, al menos. No está mal para otro día cualquiera lejos del Metropolitano.