Fran Beltrán está en una racha complicada desde que se unió al Celta en el verano de 2018. El chaval ha desaparecido del tablero de Giráldez, se ha pasado los últimos tres partidos enteros en el banquillo y con el contrato a la vuelta de la esquina, no se ve ninguna señal de renovación. Rayando lo lógico, el jugador está viviendo días de tensión y enfado por la falta de minutos, algo que es casi nuevo para él en sus ocho temporadas en Primera División.
La temporada comenzó un poco agridulce para el centrocampista. Fue titular en el primer partido contra el Getafe, pero en las oficinas ya se hablaba de una posible salida. El club quería venderlo para poder echarle un caprichito a Giráldez. Pero Beltrán dejó claro que no iba a salir y que prefería buscar una ampliación de contrato, que se le acaba en unos meses. Pero en A Sede siguen sin llamarle. “Tenemos que hablar con él. Queda un año de información al respecto, para ver cuáles son sus planes, cuáles son sus expectativas y nosotros entraremos en esas conversaciones”, justificó Garcés. Sus palabras suenan más a algo de protocolo que a un interés real sobre la renovación.
Después de ese debut como titular contra el Getafe, Beltrán se encontró de bruces con el banquillo. En su lugar, entró el canterano Hugo Sotelo, que no dejó pasar la ocasión. El joven talento vigués brilló en Son Moix y solo una amarilla hizo que Giráldez decidiera cambiarlo. En ese último tramo, tuvo su oportunidad Fran Beltrán, que jugó esos últimos minutos hasta la fecha. Porque el canterano del Rayo se ha llevado un banquillazo en los siguientes partidos ante el Betis, Villarreal y Girona.
