¡Cuidado, que se viene un partidazo!
Este domingo el corazón va a estar a mil por hora. Carles Planas, el chaval de Sant Celoni, que estuvo tres temporaditas con el Celta y llegó hasta las semifinales de la Europa League en 2017, se pone a hacer un análisis de los celestes y los del Girona antes de su duelo en Balaídos. ¡Esto promete!
Los dos últimos equipos de la Liga aún no han logrado una victoria…
Y la cosa no pinta nada bien para el Girona: un gol a favor y diez en contra, tela. En cambio, los del Celta tienen otro rollo, parece que van más seguros. Esto acaba de empezar, y con algunos fichajes de última hora, las dinámicas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
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Lo intuyes desde que comienzan a salir jugadores clave. Había una buena cantidad de cedidos y ya olfateabas que el inicio iba a ser un poco chungo. Viniendo de una temporada histórica, ¡que jugasteis la Champions League por primera vez!, no era fácil. Al final, son muchos partidos y, si las cosas no salen, la cabeza puede jugarte malas pasadas.
¿Aún confías en Míchel?
Claro que sí. Ha demostrado que es un gran entrenador, en las buenas y en las malas. Tiene claro lo que hace y la peña le sigue a muerte. Eso es clave para un equipo.
¿Conociste a Claudio Giráldez en Vigo?
No, pero me sorprende lo que está haciendo. Tengo colegas que ya hablaban maravillas de él. Ahora está demostrando que es un entrenazo. Los resultados lo dicen: ha colado al Celta en Europa tras años y jugando a un fútbol que enamora. Eso es lo complicado, compaginar buen juego y resultados.
¿El Celta de Giráldez se parece al de Berizzo más allá de Iago Aspas?
La verdad es que son equipos distintos, con jugadores y estilos diferentes, pero igual de efectivos. Ahora se ven plantillas con chavales jóvenes que se lanzan desde el principio. Nuestro equipo tenía un perfil más guerrero, táctico y físico. Pero también hacíamos un fútbol chulo, con una forma de jugar muy nuestra. En nuestras primeras temporadas, jugábamos mucho al uno contra uno y eso nos dio resultado. El fútbol de hoy en día es diferente, pero el Celta ha evolucionado y ha demostrado que puede competir con cualquiera. A Iago le mola jugar contra los grandes porque el juego se vuelve más intenso, y eso es parte de la identidad del equipo.
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Planas
Ustedes llegaron a semifinales en la Europa League, ¿qué techo le pones al Celta actual?
No hay techo. El Celta puede ir a por todas con el equipazo que tiene. Puede ganarle a cualquiera y también perder. Hasta te diría que tiene opciones de llevarse un título. Nosotros estuvimos a un pasito de la final. ¡Casi!
En aquella famosa ocasión contra el Manchester United, ¿la culpa fue de Beauvue o de Guidetti?
No sabría qué decirte. Claudio tomó buena decisión, pero el pase se fue un pelín fuerte. La peña se pregunta cómo Guidetti pudo fallar, pero te aseguro que ese balón era difícil de rematar. Guidetti tenía un remate de primera muy bueno, pero se le escapó. Aparte de eso, hicimos un papelazo. Silenciar Old Trafford ya es un triunfo. Si hubiésemos pasado, podríamos haber conseguido un título europeo. Pero, oye, hay que quedarse con lo bueno vivido.
¿Hay grupo de WhatsApp de aquella plantilla?
No, pero sigo en contacto con varios colegas. Cuando llegué al Celta, ya había coincidido con Fontás, Nolito y Sergi Gómez en el Barça y con Hugo Mallo en la Selección. Siempre nos vemos. Y estoy seguro de que, cuando nos volvamos a encontrar, será como si no hubiera pasado ni un mes. Había muy buen rollo y eso se notaba en el campo.
¿A qué te dedicas ahora? ¿Se puede decir que has colgado las botas?
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