El Girona y su lucha por salir del atolladero
En Girona, la peña intenta ver el vaso medio lleno, pero la verdad es que muchos ya están rabiando de pesimismo. La cosa está muy chunga porque este año ganar es como buscar una aguja en un pajar; en las siete primeras jornadas, el mejor pescado que ha sacado el equipo son tres empates y cuatro derrotas. Ha habido destellos de buen juego, pero la regularidad brilla por su ausencia. Con solo tres puntos de 21, la presión se nota y necesitamos urgentemente un toque de positividad. Pero la cruda realidad es que los números no salen y la cosa pinta fea.
Afuera del vestuario, tratan de dar una imagen de chill y confianza, sobre todo Míchel Sánchez, pero el miedo está ahí. Miedo a bajar a segunda, porque los jugadores saben que el pasado curso ya fue un sufrimiento para evitar el desastre y asegurar la permanencia. Y es que donde hubo fuego, quedan brasas y el descenso vuelve a quemar. Ahora mismo, el Girona es colista de Primera con solo tres puntos, ¡y eso pesa un montón! Es verdad que el pasado no juega, pero hay que mirar los datos: en las últimas diez temporadas, 12 equipos han arrancado la liga con tres puntos o menos en siete jornadas y solo dos se salvaron. Fueron el Getafe en la 21-22 y el Alavés en la 17-18. Eso es lo que quiere ver la peña en el bloque de Míchel.
Y mira, por ejemplo, el Getafe de aquel año lo tenía mucho más complicado que el Girona de ahora. Es que no sacaron ni un punto de los primeros 21 y tras la octava jornada, despidieron a Míchel y vino Quique Sánchez Flores. ¿Y qué pasó? Remontaron y se salvaron. Luego el Alavés, en la 17-18, empezó igual con tres puntos y acabó con 47. ¡Esos sí que sabían cómo darle la vuelta a la tortilla y salvarse!
