De héroe a villano en un pis pas
De estrella por su golazo inicial, el tercero en cuatro jornadas, Pere Milla se transformó este lunes por la noche en un chico malo. Todo ocurrió cuando provocó una expulsión completamente innecesaria en el tiempo de descuento del primer tiempo. Con el Mallorca ya poniendo el 2-1 de penalti en el marcador, las cosas se estaban complicando para los pericos en el RCDE Stadium.
Su tarjeta roja fue tan clara que el tío, mientras salía del campo, pidió perdón al banquillo del Espanyol. En la rueda de prensa posterior, a pesar de que su equipo ganó 3-2, Manolo González le echó un rapapolvo: “Pere, has metido la pata, a los árbitros hay que dejarlos en paz”. No es de extrañar que Alejandro Hernández Hernández lo dejara bien anotado en su acta arbitral, algo que ya se veía venir cuando empezaron a pasar las repeticiones de la jugada.
Resulta que tras recibir una falta clara de Mojica que el árbitro ni se percató, Milla se soltó y le dijo, a gritos y moviendo los brazos: “¡Eres malísimo!”, que según Hernández Hernández, eso es un claro ejemplo de infracción del artículo 124 del Código Disciplinario de la RFEF, porque fue una “actitud de desprecio o desconsideración” hacia el árbitro.
A la luz de esta normativa, este tipo de metedura de pata trae consigo un castigo de entre dos y tres partidos de suspensión. Así que, a grandes rasgos, parece que le espera un buen rollo de dos encuentros fuera. Eso significa que se perderá el partidazo del sábado contra el Real Madrid, en el Bernabéu, y el del próximo martes contra el Valencia, en el RCDE Stadium.
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No es la primera vez que esto sucede y hay un montón de ejemplos de castigos por decirle al árbitro que es “malísimo”. La pasada temporada, Djené se llevó dos partidos por lo mismo en un Rayo Vallecano-Getafe. Lo mismo le pasó al propio Saúl Ñíguez contra el Mallorca y al valencianista Javi Guerra contra el Getafe. Y no olvidemos a Marcelo, que por un comentario similar se quedó fuera en un Elche-Real Madrid de la Copa del Rey hace tres temporadas.