El aire en Nervión huele a cambio con unos pocos toques. Aunque el mercado de fichajes y el inicio de la temporada no hayan sido un carnaval de emociones, se nota que este año el sufrimiento va a ser más ligero y la conexión con el club está subiendo como la espuma.
Y el que está en el centro de todo este rollo es Matías Almeyda. Este crack se marcó un asado argentino para todo el equipo después del entrenamiento del lunes, una manera de calentar el ambiente y hacer piña. Además, el martes, el club se montó un almuerzo oficial tras la ofrenda a la Virgen de los Reyes en la Catedral. Un gesto del presidente que quería resarcirse por no haber ido a dar la cara ante los Fieles de Nervión. Como extra, se le hizo un homenaje al socio número 2 del club.
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Corberán duplica su valor en MestallaTodo esto está haciendo que la afición llegue a los partidos con otra vibe. La animación es total desde que empieza el juego, como pedía el presidente, y así ha sido siempre. Solo hay un par de momentos donde se escucha algún grito pidiendo la dimisión del presidente y su directiva: en las pausas para la hidratación y al final de la primera parte. Esto también se nota en los sevillistas que viajan a Vitoria para el partido contra el Alavés, que se juntan desde bien temprano para dar caña y animar todos juntos hacia el estadio.
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