¿Qué pasa con el Valencia y el lío del Barça?
El Valencia se ha metido en un buen fregado sin quererlo ni beberlo. Todo este rollo viene por el jaleo que tiene el Barcelona con LaLiga sobre dónde se va a jugar el partido del próximo domingo. Y ya van unas cuantas en la historia del club. Resulta que el calendario decidió que los blanquinegros fueran los primeros en visitar el nuevo Camp Nou, pero a solo cinco días del choque ni los de Carlos Corberán ni sus seguidores tienen ni idea de dónde va a ser. Se escucha que la cosa acabará en el Johan Cruyff, según lo que cuentan en Mestalla, pero todavía no hay nada oficial.
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Amrabat, preparado para Pellegrini.El Valencia está en modo incertidumbre total, sin saber si podrán llevar a sus aficionados, que siempre van a cientos a los partidos, sobre todo al del Barcelona. Y si al final se juega en el Johan Cruyff, que solo tiene capacidad para 6.000 personas, se van a saltar a la torera el artículo 19 de LaLiga, que dice que para un partido tiene que haber al menos 15.000 asientos disponibles.
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El enigmático acuerdo de OmarY es que el Valencia parece tener un imán para los líos, todos ellos fuera de su control y de diferentes colores. Desde el diluvio de la final de Copa del Rey de 1995 en el Santiago Bernabéu, que dejó a todos con ganas de más tras suspender un partido que se reanudó días después con un mal resultado para ellos, hasta la movida del Atalanta-Valencia de Champions en febrero de 2020, justo antes de que estallara la pandemia. Ese fue el último partido que se jugó en Mestalla antes del confinamiento y el primero de muchos a puerta cerrada.
En la historia del Valencia también han tenido que lidiar con partidos en momentos bastante chungos: los atentados del 11-S en Estados Unidos, el 11-M en Madrid y la guerra de Ucrania. El 11 de septiembre de 2001, mientras pasaban el rato en Novorisisek, Rusia, para un partido de la Copa de la UEFA, se enteraron del ataque a las Torres Gemelas justo al aterrizar. La UEFA decidió suspenderlo todo y volvieron a casa.
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Sotelo supera a BeltránPero la UEFA no fue nada amable con el dolor de España tras los atentados del 11-M. En ese fatídico 11 de marzo de 2004, obligaron a jugar a cuatro clubes, incluido el Valencia, horas después de que 193 personas murieran en Madrid. Los blanquinegros se lanzaron al campo con una pancarta que decía “Compartimos el dolor de España”. El entonces presidente, Jaume Ortí, estaba en shock: “Hemos solicitado la suspensión del partido, pero no han aceptado; es un día muy triste para España, después de esto el resto de temas no son importantes”.