Ferran Torres estaba en la cuerda floja el verano pasado, pero al final no voló porque el Barça no recibió ninguna oferta que pasara los 20 millones de euros. Y así, se quedó, lo que le dio a Flick una opción chula en ataque. Ferran, por su parte, no perdió la fe y se vio capaz de seguir dando guerra. Pero este nuevo curso pinta un poco diferente, ¿eh?
Un fichaje que lo cambia todo
La llegada de un nuevo delantero al Barça ha hecho que Ferran Torres tenga que ajustar sus ambiciones. Le habían dicho que seguiría siendo el plan A, pero es que Marcus Rashford ha llegado para mover las piezas en el ataque culé. Así que ahora, ese papel de revulsivo que le quedaba tan bien podría recular un poco en favor del inglés.
El propio Hansi Flick ya ha dejado claro en algunos entrenos y amistosos que Rashford está cogiendo protagonismo en el ataque. Aunque Ferran no se rinde y sigue demostrando su compromiso, la competencia será dura y tendrá que dar lo mejor de sí para no perder ritmo y seguir siendo parte de la jugada.
Primer toque: el trofeo Joan Gamper
Uno de los momentos que más deja entrever este cambio de rol fue el Trofeo Joan Gamper. En el partido contra el Como, que entrena Cesc Fàbregas, Robert Lewandowski no estaba y el elegido fue Rashford. En cambio, Ferran Torres empezó en el banquillo y solo salió al final, lo que deja claro que tal vez tendrá que jugar más por las bandas que de delantero centro.
No significa que Ferran se quede sin oportunidades, pero sí que se va a tener que poner las pilas y adaptarse a un rol diferente al que pensaba a principio del verano. Con una temporada larga por delante y varios frentes abiertos, su flexibilidad y cómo aproveche los minutos será clave para ganarse su sitio en el equipo.