El Barcelona está deseando volver a su casa, al Spotify Camp Nou. Y no solo por un rollo sentimental, que también, sino porque en lo económico la cosa está chunga. El club no ha ocultado que el impacto de estar en el Estadio Lluís Companys es de unos 100 millones de euros, y puede que más. Pero, oye, durante esta etapa en Montjuïc, el Barça ha tenido un equipazo que se ha hecho querer, lleno de jóvenes cracks que ya la temporada pasada levantaron tres títulos bajo la batuta de Hansi Flick.
El entrenador alemán se ha adaptado genial y gracias a estos chavales, el impacto del cambio de estadio ha sido más llevadero. ¡Es el efecto Flick! Para el presupuesto del próximo año, el Barcelona pensaba recaudar 154 millones de euros solo por el estadio, pero al cierre de cuentas, la cifra ha subido a 175. Eso ya no está nada mal, considerando que en su última temporada en el Camp Nou, empezaron con 229 millones de euros ¡y con 90.000 aforo!
Con Flick en el banquillo, el Lluís Companys se llena más que nunca. En su primera temporada, tuvo una media de 45.962 espectadores por partido, un 14% más que el año anterior, y solo un partido por debajo de los 40.000 (contra Leganés). En el curso 2023/24, hubo 12 encuentros por debajo de esa cifra. Al final, el Barcelona ha logrado rascar 2,8 millones de euros por cada partido en el Lluís Companys.
Esta temporada han jugado pocos partidos en casa y dos de ellos fueron en el Estadio Johan Cruyff, donde aunque no perdieron pasta, tampoco facturaron nada, como admiten en el club. Pero en los dos partidos en el Lluís Companys la cosa ha estado espectacular; ¡50.103 contra la Real Sociedad y 50.207 contra el PSG en Champions! Con estas cifras, la directiva ha decidido quedarse en Montjuïc hasta que puedan meter a 45.000 en el Spotify Camp Nou. Según explican, la pérdida de ingresos es mínima y jugar en Montjuïc con 50.000 no se nota tanto comparado con abrir el Camp Nou con 27.000 en la fase 1A.