Gil Manzano reduce al Madrid a 10, mientras Mbappé lo eleva a 12.

CRÓNICA DEL PARTIDO: ¡MADRID A LO GRANDE!

Los que mandan en LaLiga ya se están sacando del sombrero lo que parece un nuevo clásico: ¡jugar con uno menos desde el minuto 31! Y eso por la expulsión de Dean Huijsen, que se fue a casa antes de tiempo.

Los mandamientos de la era Xabi Alonso van tomando forma: olvídate de ver a Rodrygo por la derecha. Eso significa que tiene que intercambiarse por la izquierda con Vinicius, mal asunto. Y, ojo, que tendrá mil ojos con los que regresan de esos viajes intercontinentales. Valverde y Mastantuono, uno fijo y otro nuevo en la lista, empezaron calentando el banquillo en Anoeta, un campo que da más miedo que un examen de mates.

Esto le dejó una oportunidad a Ceballos, que, de milagro, no se va a ver las caras con el Madrid el martes con el Marsella. Este tío tiene calidad a raudales, pero le falta regularidad. Y con las lesiones de Camavinga y Bellingham, y las rotaciones de Xabi, le han abierto la puerta por la línea de banda. Se colocó como un crack, al lado de Tchouameni, para dejar que Güler haga de mediapunta y, ¡vaya! Rindió como un campeón.

UN FRANCÉS DESATADO

El Madrid empezó con todo y dominando la pelota. Hasta ahora, han jugado más con cabeza que con el corazón, pero ahí estaba Mbappé, que parece que camina sobre las aguas. Apunta esta: antes del minuto 2, le dio un pase de oro a Arda Güler, que se lo anularon por un fuera de juego de unos milímetros. En el 9′, ¡se quedó a un milímetro de enchufar un centro de Carvajal! Y en el 12′, ¡plácidamente adelantó al Madrid tras aprovechar un fallo de Goti! ¡Fusiló a Remiro con una locura! En el 15, un remate suyo se estampó en el palo. ¡El Madrid no se callaba!

Al inicio, Sergio Francisco se protegió del Virus FIFA. A lo bruto, porque prescindió de Kubo, dejando a Oyarzabal, su estrella que venía de jugar con Japón, y se arriesgó con Goti, un chaval del filial. Y claro, el chaval fue un poco culpable del 0-1. De ahí para adelante, el Madrid les dio una clase maestra de fútbol, con Mbappé como maestro.

El equipo de Xabi Alonso la estaba rompiendo hasta que se metió en la zona de confort tras el gol. Barrenetxea empezó a asustar con un disparo rozando el palo y un par de carreras increíbles. Eso hizo que el Madrid despertara y se lanzase de nuevo al ataque, con cabezazos de Militao y Huijsen. Remiro fue el ángel guardián y mantuvo a su equipo a flote.

Y entonces, llegó la jugada que va a dar de qué hablar un mes. Huijsen se comió un balón largo y, cuando se la robó Oyarzabal, se lo llevo a la bolsa a 40 metros de la portería. Militao venía con posibilidades de pararlo, pero Gil Manzano decidió inflarse a roja. Figueroa Vázquez, desde el VAR, no le ayudó en nada. ¡Vaya lío!

El Madrid se supo defender, y con un cambio y Tchouameni como central, volvió a las manos de Mbappé, que limpió a Aritz en una acción mágica, para darle a Güler el 0-2 antes del descanso.

EL ASALTO TXURI-URDIN

Pero el partido cambió. Xabi metió a Valverde para aguantar y la Real no se lo pensó dos veces. Un disparo de Pablo Marín se desvió, dio en dos palos y, después, Oyarzabal recortó distancias desde el penalti tras una mano de Carvajal. ¡Sorpresa! También llegaron Carlos Soler, que no jugaba desde mayo, y Kubo, al que el Madrid no le pudo hacer hueco por joven y talentoso.

Xabi Alonso hizo cambios, metiendo a Asencio y Fran García para armar un 4-4-1 bien sólido. Ya para entonces, Oyarzabal y Caleta-Car se pusieron las pilas para intentar empatar. Sergio Francisco hizo el último cambio con Karrikaburu para apretar al Madrid, que aunque se veía algo acobardado, supo mantener su liderato. ¡Ese tanto también es de Xabi Alonso!

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