El Girona ha arrancado la temporada como el culo, con un 0 de 9 que no es cosa de la mala suerte ni nada. El equipo está más perdido que un pez en el desierto, con futbolistas que no quieren ni pisar el campo (como Yangel Herrera) y otros con un pie fuera (como Krejci). Para rematarla, faltaban varias piezas que llegaron de última hora (como Vanat, Livakovic y Bryan Gil), así que los primeros tres partidos han sido un auténtico desastre. Pero ojo, que no todo es un mar de lágrimas. Hay que darle su mérito a un chaval que puede dar mucho de qué hablar: Joel Roca.
El joven extremo es el único de toda la plantilla (incluidos porteros) que ha jugado los 270 minutos de Liga. Esto dice mucho de las dudas que tiene Míchel con el resto del equipo y, a la vez, de la confianza que le tiene al chaval. Después de una temporada cedido en el Mirandés, donde brilló, se ha ganado su chance en Montilivi. Y hasta ahora, la está aprovechando a tope.
Roca ya fue uno de los destacados en la pretemporada y ha sido el único que ha metido un gol en lo que llevamos de Liga. Pero lo que más le importa a Míchel es la actitud del canterano. El técnico quiere jugadores que se dejen la piel y el compromiso de Roca es total, tanto con el club como con el equipo. Esto es algo que todos valoran un montón.