Iñigo de Lacalle, un crack del bufete de abogados Senn Ferrero, estuvo defendiendo a André Onana, portero camerunés que se metió en un lío por dar positivo en Furosemida. Al final, logró que le rebajaran la sanción de 12 a 9 meses. Sin duda, es un tío que sabe lo que dice sobre los recursos en sanciones como la de Yeray. “En los casos de dopaje, la presunción de inocencia no es como en otros rollos. Aquí, el que se ha pillado con la sustancia es el que tiene que demostrar por qué está ahí. Es un marrón lo que tiene que probar el atleta”, nos cuenta el abogado.
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André Silva: retorno agridulce al PizjuánPartiendo de esto, De Lacalle marca la diferencia entre ambos casos: “En el del Onana, la defensa fue que él no sabía lo que estaba tomando. No es que fuera dopante, sino que se confundió. Pensaba que estaba tragando un paracetamol que le dio el médico de la selección, el cual también había hablado con el doctor del Ajax. Se metió unas pastillas que estaban tomando su mujer. En cambio, lo que le pasó a Yeray es que tomó una pastilla de su pareja, pensando que era la suya, sin haberlo chequeado antes. Vaya peña, ¿no?”.
El abogado que llevó el caso de Onana tiene claro lo que le está pasando a Yeray, sobre todo con la presión que hay para los deportistas cuando usan tratamientos que pueden ser un peligro de dopaje: “La sanción está en la media, ya que la mínima para casos leves es de ocho meses y lo máximo puede llegar a ser 24. Por tanto, su sanción es leve”.
