¡Chavales! El parte médico del Celta está casi vacío. Marcos Alonso, el único que rumiaba en la enfermería celeste, ha vuelto a hacer piña con el grupo este miércoles tras un día de relax. El crack este se ha perdido los dos últimos partidos por un edema ligero en la rodilla derecha, pero pinta que va a estar listo para el choque de este domingo en Vallecas, un campo que le dejó mal rollo en enero.
Esa vez, el Rayo se llevó el gato al agua con un 2-1. Y para colmo, en el 95, mientras el Celta iba a muerte buscando el empate, nuestro amigo Marcos se pasó de rosca y recibió una tarjeta roja absurda. Se la sacaron por volver al campo sin esperar a que el árbitro le diera el ok. Resultado: derrota y expulsión, el panorama no podía ser más chungo para el líder de la defensa olívica.
Desde entonces han pasado ya ocho meses, y parece que el campeón de la Champions League con el Chelsea va a tener su oportunidad de tomar venganza en Vallecas. La molestia que le ha hecho perderse los partidos contra el Villarreal y el Girona viene de un encontronazo del 27 de agosto contra el Betis. Cuando le den el alta, veremos si Giráldez lo incluye en el equipo para desafiar a Iñigo Pérez o lo reserva para el debut del jueves en la Europa League contra el Stuttgart en Alemania.
