Se veía venir y al final ha pasado: Pere Milla ha sido castigado con dos partidos de suspensión por su expulsión en el partido contra el Mallorca el lunes pasado. El tío se calentó y le soltó al árbitro, “eres malísimo” justo antes del descanso, y ¡zas! Roja directa. Así que se va a perder el partido de este sábado contra el Real Madrid y también el siguiente en casa contra el Valencia.
El acta del árbitro, Hernández Hernández, estaba clarita: Milla le dijo a gritos y moviendo los brazos que el árbitro era un fracaso. Le cayó la del pulpo por una infracción del artículo 124 del Código Disciplinario de la RFEF, que dice que insultar a un árbitro es de poca clase. Con las imágenes de la tele no hay forma de apelar; así que a Pere Milla no le ha quedado otra que pedir disculpas y aceptar la sanción. Y ojo, porque estos dos partidos son el mismo rollo que le ha pasado a otros jugadores en situaciones parecidas. Aquí el árbitro no se anda con chiquitas.