En el Barça de Hansi Flick, la puntualidad es SAGRADA. Desde que este crack alemán desembarcó, ha dejado claro que aquí se viene a currar y a respetar los horarios. Un claro ejemplo de esto fue el lío que se armó el año pasado cuando Jules Koundé llegó tarde a un partido y su reacción fue inmediata: ¡castigo al canto!
Hansi Flick es la clave de este Barça | @FCBarcelona
Ese toque tan firme sorprendió en su momento, pero en el vestuario todos lo vieron como una señal clara: aquí nadie está por encima del grupo. Flick ha traído una cultura de responsabilidad y compromiso que no deja lugar a la pereza, dentro y fuera del campo.
La disciplina, el secreto del éxito culé
Desde que aterrizó en Barcelona el verano pasado, Flick ha revolucionado el día a día del equipo. Fuera de su visión táctica, lo más impactante ha sido cómo ha organizado el club y ha restaurado la cultura positiva. El Barça venía de varios años a tope en el drama del vestuario, y la llegada del alemán trajo un rollo mucho más estructurado, con normas claras para todos.
Esa seriedad fue clave para que el equipo arrasara la temporada pasada, donde el Barça se llevó el triplete nacional. La implicación, el trabajo en equipo y el respeto a las normas marcaron todo. Flick ha devuelto al club una identidad en base a trabajo duro y disciplina, y los resultados están ahí para verlo.
Héctor Fort, primer aviso del nuevo curso
El mismo flow de seriedad va a seguir este año, y ya ha hecho su aparición. En los primeros días de la pretemporada, un jugador ya se llevó su lección por romper las reglas: Héctor Fort. Este chaval de la cantera, que quiere hacerse un hueco en la plantilla, se presentó tarde al primer entrenamiento tras las vacaciones.
Héctor Fort llegó tarde al primer entreno | @FCBarcelona
El tema no pasó desapercibido, y Flick mostró su enfado sin tapujos. Aunque no se sabe si habrá alguna sanción, está claro que el técnico ni se lo plantea tolerar este tipo de fallos. La exigencia sigue igual desde el primer día.
Un error que puede salir caro
No olvidemos que Flick no confió mucho en Héctor Fort el año pasado. Aunque entrenó con el primer equipo, su participación fue mínima. Este nuevo fallo solo complica más su situación, sobre todo en una plantilla donde cada oportunidad cuenta.
En el Barça de Flick, tener talento no es suficiente; hay que demostrar un compromiso a tope con el equipo. Llegar tarde no es solo perder unos minutos, sino que también significa perder confianza. Y recuperar eso con el alemán al mando no será un paseo por el parque.