¡Madre mía, colegas! El culebrón de Uche ha dado un vuelco tremendo en las últimas horas. Ayer, el Getafe, con su presidente Ángel Torres a la cabeza, anunció que había llegado a un acuerdo con el Wolves el domingo pasado por una cifra total de 20 millones. Ese dinero vendría de perlas al club, justo cuando se acerca el final del plazo para inscribir jugadores. Todo parecía en orden, gracias a la movida que montó Jorge Mendes como intermediario, pero siempre hay un último y crucial detalle en esta película.
En este momento, Uche está frenando su traspaso por su agente. El lunes ya le dijo al Getafe que no estaba de acuerdo con las condiciones del trato, en las que le recortan bastante su pasta. Además, cree que su valor podría aumentar si sigue un año más con Bordalás. Pero claro, aquí viene lo del clavo: la cláusula de rescisión del chaval son 25 millones, un poco más de esos 20 que está pidiendo el Getafe. Así que una revalorización mayor está un poco complicada. Otra cosa sería pedir más salario si rinde a tope otro año y se multiplica lo que tenía en las negociaciones con los Wolves.