El 11 de julio, justo cuando empezaba la pretemporada, el Osasuna se lanzó a la piscina y anunció que traía al extremo Víctor Muñoz. El chaval llegaba desde el Real Madrid Castilla y, aunque había jugado poquísimo en la liga, el club navarro decidió confiar en él. Firmó por cinco temporadas y soltaron cinco millones de euros para hacerse con el 50% de sus derechos. En su primer partido en El Sadar, contra el Valencia, dejó a los aficionados flipando con su velocidad y ganas.
La afición de Pamplona ya tiene un nuevo ídolo, y más después de lo que hizo ante el Elche. En el minuto 10, el catalán empezó su espectáculo. Pilló un balón en el medio campo, puso el turbo, se metió hacia adentro y, desde la frontal, soltó un petardazo que se coló por la escuadra derecha, dejando al portero del Elche en modo espectador. El Sadar estalló de locura. Durante el tiempo que estuvo en el campo, siguió con su show y, cuando lo cambiaron en el minuto 71, la grada se puso en pie a ovacionarle, ¡mientras coreaban su nombre!